Mantenía los ojos cerrados, pero advertí con un escalofrío
de horror que los movía bajo los párpados, como si, en la muerte, soñara.
Y eso no era posible, no debía ser! Yo lo mate, me asegure
de verlo morir comprobé que no respirara antes de llamar a la ambulancia y así
evitar que los paramédicos tuvieran oportunidad de revivirlo. Él debía estar
muerto por haberme engañando y pretender que podía olvidarme en los brazos de
esa estúpida insignificante.
Ahora veríamos quien reiría al último.
No, no debía ser, quizá eran solo mis nervios, Dios!
Esa pequeña Bruja estúpida completamente vestida de negro me
dio escalofríos desde que la vi, era como si ella misma fuera la tristeza y el
dolor, como si el aire a su alrededor se enrareciera; como si sus ropas fueran
un abismo insondable donde nada sobrevivía. Todo se volvió lento, pesado; como
si algo nos sujetara y solo pudiéramos conservar la capacidad de mirarla,
caminar (?) lentamente como si flotara (!) hasta el ataúd y se
inclinó sobre el para besarlo.
Besarlo! Frente a mí, frente a todos!, y esas palabras que
dijo, un conjuro? Un hechizo? Delirios de loca, seguramente,al menos eso fue los que pensé.
“Surge, Mearum ordinantur solum corpus tuum semper mihi”
Si tenía que estar loca cuando me acerque indignada para
abofetearla y conservar mi papel de viuda doliente me dio asco ver que de sus
labios escurría un hilillo de sangre…sangre!
No lo beso, lo mordió! No pude siquiera tocarla porque en
ese momento cayo de rodillas y dio un
espeluznante grito era como si el alma de ella estuviera abandonando
este mundo por el hecho de verlo a él ahí, tendido, muerto!
Si, ha sido eso mis nervios y esa maldita no lo quiere dejar
en paz.
Fue en ese momento que de reojo me percate de ese pequeño
movimiento, apenas un leve aleteo de sus parpados, pero no es verdad, no puede
ser!
La dosis de huesos de
albaricoque en polvo que vertí en su usual copa de vino nocturno era fatal, y
como disfrute mientras yo estaba en la habitación; donde se revolcó con ese
engendro; mirándolo a través del cristal que separaba el cuarto de la sala de
estar, como cayo de rodillas debilitado, comenzó a sofocarse desesperado se
desanudo la corbata y sus dedos como garras trataban de desabotonar la camisa.
Un pequeño instante se volvió para mirarme con los ojos
vidriosos hasta que comenzaron las convulsiones y su corazón, su maldito
corazón que dio cabida a otra, se detuvo.
Me tome mi tiempo y di un sorbo a mi té y mordisquee
distraídamente mi waffle con miel y contemple la vista de la ciudad antes de ir
al baño y pensar en cosas de verdad tristes para que me brotaran lágrimas y
entrar en personaje antes que llegara la ambulancia.
Y de nuevo ella con
esa voz, ahora más profunda, sepulcral, me saco de mis recuerdos y repitió esas
palabras tan extrañas:
“Surge, Mearum ordinantur solum corpus tuum semper mihi”
La miro y ella se ríe, con una sonrisa helada y torcida y
por tercera vez repite el conjuro:
“Surge, Mearum ordinantur solum corpus tuum semper mihi”
Detrás de mí se escucha un pequeño roce de tela y algo frío
me corre por la espalda, no me vuelvo ya que los ojos enormes y llenos de espanto de todos los que
acudieron al funeral están clavados en el ataúd y me indican que algo va
terriblemente mal.
Y ella la pequeña
bruja de negro, ríe con una risa infantil llena de alborozo como la de una niña
pequeña. Esa risa me da horror ya que sus ojos oscuros de abren llenos de júbilo
y también mira detrás de mí.
Esta vez un suspiro prolongado me eriza los cabellos de la
nuca y finalmente me vuelvo a mirar.
Él se levantó!!!! Nooo, no puede ser!!
Me alejo llena de espanto mientras él se levanta y con
muchos trabajos se logra bajar de esa maldita caja que lo debió contener hasta
que se pudriera.
Caí y las sombras me cubrieron no supe que más paso.
***
Nadie me hace caso, todos corren y gritan mientras extiendo
los brazos y espero a mi amado.
Ella "su mujer” está en el piso desmayada.
Si, él jugó conmigo, dijo que estaba solo y deprimido y que
yo lo hacía feliz, que me quería y que Siempre estaría conmigo que no mentía que el Siempre cumplía sus
promesas.
Me abandonó cuando ella decidió volver y no me lo dijo,
creyó que yo no me iba a enterar, pero siempre lo supe! Quería ver hasta donde
me podía mentir.
Y como me mintió!
Se confió tanto en mi supuesta ignorancia que fue muy fácil acercarme a ella y dejarle
ver que él seguía pensando en mí y que me deseaba intensamente.
Sus celos fueron más grandes que los míos y lo mato.
Mi venganza fue más que perfecta, ella se quedaría sin él,
Yo lo quería muerto por engañarme pero que jamás me abandonara. Y así seria.
El resto ya lo ven fue sencillo: un conjuro para despertar a
los muertos y una patada en la cara de ella para hacerla reaccionar y
explicarle que pasaba.
Él me tomaba de la cintura y mi cabeza se recostaba en su
pecho frío y sin latidos, nuestras manos enlazadas.
-Solo unas palabras querida, ella me mira con la nariz
sangrante (quizá se la rompí)
-Te deje tenerlo mientras vivía pero como decidiste matarlo
y tú no vas a vivir para siempre y Yo sí, y él siempre cumple sus promesas y
prometió estar conmigo para siempre pues… nos vamos.
-Quizá su alma no esté aquí y no es algo que me importe, ya
que Yo misma carezco de ella, pero su cuerpo por su palabra será mío para
siempre.
-Así que tomo lo que me pertenece.
Y Adiós.